Según la norma de vacío UNE-EN 16932-3, en la red de saneamiento por vacío, a través de las válvulas de vacío que encontramos en las acometidas, deberá haber una entrada de aire atmosférico durante la apertura para generar la turbulencia como vehículo de transporte de las aguas.
Esta máxima del funcionamiento del vacío, cuando se instalan controladores de apertura con tiempos prefijados, queda en entredicho, hasta el punto de poder provocar el colapso de la red y por tanto el vacío aguas abajo. Supongamos que se produce un aumento del caudal, hasta volúmenes no previstos, por filtraciones de las lluvias, descargas de magnitudes inesperadas…. Los controladores de tiempo prefijado de apertura, no crean la turbulencia de forma constante, sino que reservan los segundos finales, para dicha entrada de aire. El problema, cuando se dan los volúmenes antes comentados, es que, al producirse la entrada de aire al finalizar la succión del caudal, te puedes haber quedado sin vacío en la acometida y trasladado a la red, por que los tiempos prefijados se han visto descompensados.
Los controladores sin tiempos prefijados, logran mantener un equilibrio proporcional de la relación de dicha entrada de aire con el volumen de agua succionado, permitiendo olvidarse, a los mantenedores, de la preocupación que generan los controladores con tiempo prefijados.